Un año más, mientras San José y la Virgen buscaban alojamiento en la posada de la plaza, sin conseguirlo, los Reyes Magos de Oriente acompañados de sus pajes, accedieron a Sotillo por el “Rodandero”, y tras descansar en las bodegas, descendieron por ese camino y cruzaron el arroyo, donde preguntaron algunas indicaciones a unas lavanderas.
Recorrieron varias calles, en la puerta de la iglesia conversaron con Herodes rodeado de su guardia, y continuaron su camino preguntando por una estrella a los alfareros, a los escribas y a otros muchos comerciantes de distintos productos.
En la plaza estaba la posada, y muy cerca había un portal donde adoraron al Niño, que estaba acompañado de María y José.
Tras la adoración pasaron al salón del Ayuntamiento, donde repartieron numerosos regalos traídos de Oriente para los niños sotillanos.
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