domingo, 26 de abril de 2020

Foto antigua, año 1956

Año 1956, nuestras jóvenes sotillanas de la foto tenían en torno a 12, 13 años, ahora unos 76,77 años. ¿Las conocéis?

jueves, 23 de abril de 2020

San Jorge

   Tal día como hoy hace 60 años. Si conocéis a los que aparecen en la foto podéis ponerlo en comentarios.


miércoles, 22 de abril de 2020

En homenaje a todos los que nos han dejado

Mañana Jueves 23 de abril, día de San Jorge aquí en Sotillo, a las 21 horas (9 de la noche), todos los vecinos que lo deseen que pongan una vela y ofrezcan un aplauso a todas las personas de Sotillo o vinculadas a este pueblo que han fallecido durante este período de confinamiento y no han podido ser despedidas como nos hubiera gustado, todos juntos en un funeral
20:09

Es una manera de manifestar nuestro apoyo y sentimiento a familiares y homenaje a ellos. Mañana se hará por los que ya nos han sido despedidos, aunque la propuesta es que, si de ahora en adelante fallece alguno más, ese día repitamos el ritual de poner la vela y aplaudir a esa hora las 9 de la noche

Agradecimiento


Agradecimiento

https://cadenaser.com/emisora/2020/04/21/radio_aranda/1587426037_617441.html

Nuestro alcalde en la cadena Ser


https://play.cadenaser.com/audio/1587424216_442582/?ssm=whatsapp

miércoles, 15 de abril de 2020

Diviértete

   En estos días de confinamiento estoy intentando que paséis un rato divertido, tanto niños como mayores, así que os mando otro divertido artículo,  alguien lo resume.

lunes, 13 de abril de 2020

Ayuda

Un lector nos manda esta fotografía para entre todos poder identificar a las personas que aparecen en ella. ¿Puedes ayudar?      Sabemos que la señora de arriba a la derecha es Evangelina Abad y la de la derecha de abajo es Felisa Abad.

domingo, 12 de abril de 2020

Entretenimiento ;la solución al problema del chocolate

Recordáis el artículo de las tabletas de chocolate para los niños, pues ahora les podéis enseñar la solución con este enlace.

viernes, 10 de abril de 2020

Ni el covid-19 ni la lluvia paró a los cornetas y tambores





La procesión del Miserere desde los balcones de Sotillo de la Ribera

El Miserere se ha entonado desde ventanas y balcones / BC

Las ventanas del recorrido se llenaron de velas, mientras que las cornetas y tambores sonaron desde las ventanas

Susana Gutiérrez
SUSANA GUTIÉRREZ
Una procesión diferente, desde los hogares y marcada por unas calles desiertas. La localidad de Sotillo de la Ribera no quiso perder sus costumbres y reinventó su tradición del Cristo del Miserere adaptándola al estado de alarma. De esta manera, los vecinos colocaron velas en las ventanas y balcones de sus viviendas, siguiendo el tradicional recorrido de la procesión.
Llegadas las 21·30 horas del Jueves Santo, los cofrades salieron a ventanas y balcones con cornetas y tambores como de forma tradicional realizan por las calles del municipio ribereño. Desde el resto de los hogares, se participó poniendo la música del Miserere.
La tradición marca que el Jueves Santo en Sotillo de la Ribera se vive la Carrera de la Pasión, con un municipio en penumbra y alumbrado con multitud de hogueras encendidas en cada barrio y pequeñas candelas colocadas en los alféizares de las ventanas. En ella, se porta imágenes como la del Cristo del Miserere de Sotillo y se entona el Miserere tradicional que da nombre a la imagen y cuya partitura y cántico original se han puesto en valor a través de la transcripción de la partitura y su ensayo por parte del coro.

El descendimiento para otro año





Recuerdos de Semana Santa.El miserere en casa


El miserere en casa

https://youtu.be/xmetcQJ3BL4

martes, 7 de abril de 2020

Carmela, por fin en casa

«En el HUBU me han tratado como una reina»

La ribereña Carmela García relata cómo ha superado el coronavirus con 73 años


Carmela se recupera hoy en casa. ECB
 Carmela se recupera hoy en casa. ECB
Tras catorce días ingresada en el hospital Universitario de Burgos, de los cuales siete precisó cuidados en la UCI, Carmela García Arroyo (Berta para la familia) ha regresado a casa, bastante más delgada pero sana y salva. «Han sido días duros pero solo tengo palabras de agradecimiento. En el HUBU me han tratado como a una reina», destaca en alusión a los médicos, los doctores Camilo, Miguel y Arturo. Aunque no se sabe todos los nombres, nunca olvidará los ojos y los cuidados que en este tiempo le han dado enfermeras, auxiliares, celadores y limpiadoras. «Han sido todos maravillosos».
Con 73 años y sin patologías previas más allá de los achaques típicos de la edad, Carmela empezó a tomarse la temperatura a diario tras haber viajado a Madrid, donde ya comenzaban a darse los primeros casos. Convencida de que a los pueblos esos virus no llegaban, el sábado, 7 de marzo, fue a Moradillo a participar en la iniciativa ‘Te enseño mi pueblo’. Por la tarde, fue al cumpleaños de una sobrina cuya madre vivía en Bilbao, otro foco, y ya remató la jornada tomando un café con Yoli, una amiga que también terminó en la UCI (le dieron de alta ayer). «Estaba claro que lo tenía que pillar si o si», bromea consciente de que en su caso le ha salvado, estar sana, no fumar y no tener sobrepeso. «Como mi madre tengo genes buenos», afirma.
Con 38,5ºC de temperatura llegaron los primeros síntomas: flemas muy fuertes e insuficiencia respiratoria. «Sentía que me faltaba el aire», relata. Conectar con el sistema sanitario no fue fácil. «Estuve tres días llamando al teléfono que nos habían dado pero fue imposible. Al final mi hermana me aconsejó que llamara a Roa y al primer toque, ahí estaban. Vinieron a verme, me auscultaron y me llevaron en ambulancia al Santos Reyes de Aranda de Duero».

Allí estuvo poco. «Según me hicieron una placa me mandaron a la UCI de Burgos y ahí estuve siete días antes de subir a planta».
Como no dio bien el teléfono de un familiar, estuvo incomunicada cuatro días. «Menudo susto tenían todos. Menos mal que al cuarto día mejoré un poco y pude recuperar el móvil y el cargador», relata.
Ella lo tiene claro: su predisposición y su actitud positiva le han ayudado mucho en este trance. «A pesar de todas las perrerías que me hacían, sobre todo con las extracciones arteriales que duelen un montón, me sentí acompañada. ¡Hasta hacíamos bromas! Un día me dijo el médico que si no prosperaba me tenía que intubar. Yo le miré y le dije: he decidido que no me intube porque no me voy a morir, voy a salir de esta».
Superado el susto, esta vecina de Sotillo es cuidada desde la distancia por todos los que la quieren, que son muchos. «Salí muy floja porque en seis días no comí nada pero ya estoy mejor», explica con la mirada puesta en hoy, un día muy especial. «Mi madre Adela cumple 97 años y aunque no podremos celebrarlo juntas porque está en la residencia le he escrito una carta para que se la impriman y se la lean. Ya lo celebraremos más adelante. Lo merece, es guapa en todos los sentidos».

Otro juego para los niños

   Hola otra vez. ¿Os gustó el acertijo de ayer? Pues hoy dejo un enlace para que se lo enseñéis a vuestros hijos y se entretengan un poquito con estos misterios.
    https://youtu.be/QgNzG_bv0Q8
Nota: si repetís el ejercicio 24 veces se termina la tableta,no lo intentes.

lunes, 6 de abril de 2020

Piensa y diviértete

En estos días que tenemos un poco más de tiempo libre  propongo a niños y mayores este problema.¿Cómo es posible que sobre un cuadrado? Manda la solución a comentarios.

Semana Santa2020


miércoles, 1 de abril de 2020

No todo son malas noticias,ánimo

Burgaleses frente al coronavirus

«Me siento como que me hubiera pasado un tren por encima, el coronavirus te deja baldada»


Inés ha superado la infección provocada por coronavirus./BC
Inés ha superado la infección provocada por coronavirus. / BC

Después de una semana ingresada en Aranda de Duero, el viernes recibía el alta y regresaba a su domicilio en Sotillo de la Ribera


Susana Gutiérrez

SUSANA GUTIÉRREZAranda de Duero
Después de pasar una semana ingresada en el hospital de los Santos Reyes de Aranda de Duero tras dar positivo en coronavirus, Inés García Arroyo regresaba el pasado viernes a su casa en Sotillo de la Ribera. Esta ribereña de 61 años, dejaba atrás días de mucha fiebre, malestar, incertidumbre y cierto temor. Ahora se enfrenta a otros quince días de aislamiento, pero con una visión positiva y optimista. Su marido, también con COVID-19 permanece todavía en el centro hospitalario arandino, evolucionando favorablemente. Además, la enfermedad tocó a su hermana de forma más severa, estuvo ingresada en la UCI del Hospital Universitario de Burgos, pero también con final feliz, ya que abandonó el centro hace unos días.
«Me siento como que me hubiera pasado un tren por encima, me ha dejado baldada, estoy débil y todavía necesito descanso», detalla Inés, con una voz que, sin embargo, denota fuerza y optimismo. Satisfecha cuenta que afronta su último día de medicación, «pero todavía me quedan dos semanas en cuarentena y los médicos me han dicho que tenga mucho cuidado, que no coja frío, que no haga nada, que no me canse, todavía estoy débil».
Parece que ha pasado un mundo desde el domingo 15 de marzo cuando notó de lleno las consecuencias del virus. Llamó al centro de salud de Roa, donde rápidamente cogieron el teléfono para dar instrucciones y «me pusieron en aislamiento junto a mi marido y mi hijo». Echando la vista más atrás, cuenta que previamente había notado algunos síntomas, pero no les dio mayor importancia hasta comenzar con febrícula. «Antes de ello, ya llevaba una semana que me notaba rara, no tenía gusto, no tenía ganas de comer, me sentía que no era yo, que me faltaba fuerza, pero no le das importancia piensas que hay días que estás más floja», explica.
Lejos de mejorar, durante el aislamiento en casa empezó a notar la subida de fiebre, «hasta cuarenta grados, no podía ni moverme», por lo que cinco días después fue trasladada al hospital arandino donde quedó ingresada. «Yo no lo he tenido muy agudo, me faltaba un poco de respiración en el pulmón, no he tenido apenas neumonía, pero estuve muchos días con fiebre altísima, lo pasé muy mal». Respecto a cómo afrontó su situación, Inés confiesa que solo pensaba: «no puedo irme que tengo muchas cosas que hacer en este mundo. Me acordaba de mi hijo, mi marido, mi madre y que no me podía ir».
Ahora, espera de forma inminente el alta de su marido que ingresó más tarde y que todavía está en el hospital de Aranda. «Me ha dicho el médico que le darán el alta en uno o dos días». También su hermana se vio tocada por la enfermedad, «ha estado muy grave, muy mal en Burgos, pero afortunadamente le dieron el alta este lunes». Sobre cómo se pudieron infectar, insiste en que es «imposible» saberlo, pero entre las hipótesis están algunos viajes a Madrid, «yo lo achacó a allí».
Inés solo tiene palabras de agradecimiento para el personal que la atención en el Santos Reyes, «lo diré de por vida, solo tengo buenas palabras y reiterar las gracias por cómo nos han tratado los médicos, los enfermeros, todo el mundo, estoy muy contenta». Por ello, insiste en la importancia de la calidad sanitaria, «a ver si nos hemos dado cuenta de las barbaridades que hemos hecho con tantos recortes, que no se nos olvide».