Desde hace unas cuantas semanas una pareja de cigüeñas se ha instalado en la torre de la iglesia, encima del campanario, y ya tienen casi terminado su nido.
Hace muchos años, en los años 30 ya hubo un nido de cigüeña en la torre, y el cura de la época (D. Nicodemo o D. Abilio) se lo derribó porque estropeaban el tejado de la torre.
Hace unos diez años la A. C. EL SOTO intentó que volviera, y para ello en las afueras del pueblo, en la carretera de Aranda, colocó un poste de hormigón, con un armazón de hierro para que pudiera hacer el nido. Vano intento. O no era el lugar, o no era el momento. La cigüeña ha vuelto cuando y donde ha querido.
Y ahora viene la pregunta. De vez en cuando se oye el ruido característico que hacen al chocar una parte del pico contra la otra, y no es “castañetear” puesto que no tienen dientes, es “crotorar”. He aquí la definición textual del diccionario: crotorar intr. Producir la cigüeña el ruido peculiar de su boca, haciendo chocar rápidamente la parte superior del pico con la inferior.
Y para acabar un bello poema de Antonio Machado, alusivo al tema:
“Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana”.
(ANTONIO MACHADO)
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