FUENTE INFORMATIVA: EL CORREO DE BURGOS.
Aunque no sustrajeron cantidades importantes de dinero, los destrozos han sido cuantiosos
FOTO: EL CORREO DE BURGOS |
LORETO VELÁZQUEZ / Aranda
En tan solo cuatro días, tres bodegas de Ribera del Duero han sido asaltadas por una banda organizada de ladrones que, según sospecha la Guardia Civil podría estar formada por delincuentes de origen extranjero. Y es que, en los tres casos los robos han seguido el mismo 'modus operandi': entran cuando las instalaciones están vacías rompiendo los cristales con piedras, cogen todo lo que se pueda vender rápido y ocasionan, eso sí, cuantiosos destrozos.
El primer robo tuvo lugar en la noche del pasado miércoles en la carretera de Palencia, en dos fincas vecinas, bodegas PradoRey y Anta Banderas. «Se llevaron dos o tres cámaras de fotos y alguna cosa más. Dinero no, porque no había pero sí rompieron tres puertas. Calculamos que entre una cosa y otra las pérdidas estarán entre los 6.000 y los 12.000 euros», explica el enólogo de la bodega Anta Banderas.
Dinero
El último robo tuvo lugar en la madrugada del pasado domingo, en la bodega Abadía de Acón donde la historia se volvió a repetir ya que, aunque había poco dinero, los ladrones causaron importantes daños al romper varios ventanales, una puerta corredera de gran tamaño y pintar con un spray una nevera, cuyo interior destrozaron por completo y un espejo de un baño. «Han dejado toda la zona de administración patas arriba», lamenta un trabajador de esta bodega situada en Castrillo de la Vega.
Los ladrones además debieron sentirse cómodos y antes de destrozar el comedor social, tuvieron tiempo de comer, beber e incluso descansar en un sillón.
Por suerte, en ningún caso, los delincuentes han provocado daños en otras zonas que afectan a la guarda o elaboración del vino. «Estamos haciendo indagaciones, y comprobando huellas», avanza el responsable de la investigación en la Guardia Civil, quien recuerda otros sucesos parecidos ocurridos el año anterior.
El pasado jueves 13 de enero la Policía Nacional detenía en el polígono industrial de Aranda a dos individuos de 25 y 32 años que formaban parte de una banda organizada. Al parecer los detenidos, contaban con una veintena de antecedentes y mantenían su base operativa en zonas perimetrales de Madrid desde donde se desplazaban para cometer sus acciones delictivas, caracterizadas por los destrozos y daños en los inmuebles.
Entonces, la policía intervino un coche de alta gama y gran cilindrada, con matrícula «doblada», que había sido sustraído en Leganés, junto con otros cuatro coches de las mismas características, completamente nuevos, así como el camión y la plataforma donde se encontraban los vehículos. En el momento de la detención, estaban estudiando el terreno y planificando nuevos golpes delictivos para perpetrar esa misma noche en Aranda y sus inmediaciones.
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