El Rey inaugura la nueva sede de la Denominación de Origen Ribera del Duero

FUENTE INFORMATIVA: DIARIO DE BURGOS digital

24/03/2011

Roa de Duero / Visita del jefe del Estado

Don Juan Carlos, «primer embajador» de los vinos ribereños

Estreno regio. Su Majestad el Rey presidió ayer en Roa de Duero la inauguración de la original sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero



El Rey descubre una placa conmemorativa.

 FOTO: Ángel Ayala



J.C.O. / Roa de Duero

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I presidió ayer en Roa la inauguración de la nueva y moderna sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, en un concurrido acto en el que el presidente del ente de control, José Trillo, destacó que el monarca es el «primer embajador» de los vinos ribereños.

El jefe del Estado viajó hasta Roa en helicóptero y llegó en coche a los pies del edificio acompañado por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, donde, pese al tiempo desapacible y al fuerte viento, fue aclamado y vitoreado por cientos de personas que se congregaron en los alrededores.

El Rey fue recibido por los presidentes de la Junta, Juan Vicente Herrera, y de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago; el delegado del Gobierno, Miguel Alejo y el alcalde de Roa, David Colinas. A la entrada del edificio le dieron la bienvenida José Trillo, las consejeras de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, y de Hacienda, Pilar del Olmo, el presidente de la Diputación, Vicente Orden Vigara, y el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu.

A continuación saludó a los vocales del Consejo Regulador y a los arquitectos autores del proyecto, Fabrizio Barozzi y Alberto Fernández Veiga, e inició una breve visita al edificio, tremendamente encorsetada por cuestiones protocolarias y de seguridad.

Un recorrido que arrancó en la parte superior de la torre, la cuarta planta, donde se ubica la Sala de Plenos. Allí firmó en el libro de honor y recibió como recuerdo una botella magnum de un reserva de l2007 de vino genérico del Consejo Regulador, personalizado con una estuche que reproduce el representativo bastión agujereado.

El séquito tuvo la oportunidad de conocer la plaza mirador que une la antigua sede y la ampliación, recorrió algunos despachos administrativos y recaló en la sala de catas donde Don Juan Carlos comprobó en directo el trabajo del comité de calificación de los vinos amparados por este sello de calidad y recibió explicaciones sobre su labor.

El recorrido concluyó en el auditorio, donde el monarca descubrió una placa conmemorativa con el texto «S.M. el Rey Don Juan Carlos I inauguró la sede del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero. Roa, 23 de marzo de 2011».

El presidente del Consejo Regulador pronunció un breve discurso en el que reconoció que era un día muy especial para todos por el honor que suponía la regia presencia para inaugurar la nueva sede. Trillo le trasladó a su majestad que la Ribera del Duero «valora profundamente el afecto y el apoyo que siempre nos ha brindado y sabemos que es nuestro primer embajador».

Recordó la recepción oficial que brindó al Pleno del Consejo Regulador el 21 de marzo de 2008, con motivo de la conmemoración del 25º aniversario de la Denominación de Origen , «un gesto que agradecieron sus 8.327 viticultores y 255 bodegueros» y señaló que tres años más tarde volvían a agradecérselo con mayor motivo «porque nos ha honrado viniendo a nuestra casa, que será para siempre su casa y su presencia aquí quedará escrita sobre estos muros y en la memoria de esta comarca».

Trillo puso el acento en que si bien se inauguraba una sede nueva, ésta «hunde sus raíces en la historia» ya que durante más de 1.000 años el solar ha albergado edificios cargados de significado y con vocación de servicio: iglesia en el siglo XI, hospital desde el siglo XVI y desde 1991 sede del Consejo Regulador ribereño «que nació con el mismo espíritu de compromiso con la gente de la comarca».

Una historia de la que han ido quedando retazos arquitectónicos «pero sobre todo -indicó el presidente- una manera de ser y de entender el trabajo, el esfuerzo, el amor por el buen hacer». Unos valores que «son -añadió- la esencia de nuestra marca, lo que unido a las condiciones naturales hace a la Ribera, única diferente».

Según Trillo, este bagaje les impulsa hacia el futuro pero construyendo sobre sus raíces y la nueva sede refleja este espíritu: «integra el arco románico con la última tecnología». Un edificio de más de 4.000 metros cuadrados que «dan respuesta a las necesidades funcionales de una Denominación de Origen moderna, eficaz, pero respetando la historia, el paisaje y en definitiva nuestra cultura».

Agradeció especialmente la implicación institucional y económica de la Junta, sin la cual no hubiese sido posible una sede de esta envergadura «que pretende ser icono de nuestra marca», ya que la Administración regional ha aportado el 68% de los 6,9 millones de euros que ha supuesto la inversión.

Tras los ‘discursos’ -el del monarca fue «su presencia», tal y como se encargaron de subrayar desde la Casa Real. y el resto de autoridades tampoco intervino- Don Juan Carlos saludó y departió informalmente con los asistentes hasta que puntualmente, cuando el reloj marcó las 13.30 horas, partió cual cenicienta.