El pasado sábado 26 de marzo, nos juntamos 21 personas, socios de la Peña Ateneo y allegados, a pasar un fin de semana divertido por tierras guipuzcoanas.
La mañana, mientras iba llegando el grueso del grupo, algunos la ocuparon en visitar San Sebastián, otros en darse un paseo por las playas de Hondarribia (Fuenterrabía), y otros fuimos directamente al puerto de esta localidad, donde estaba reservada la comida.
Por la tarde nos dimos un paseo hasta el faro de Fuenterrabía, desde donde se divisaba San Juan de Luz a la derecha, y los acantilados de la costa vasca a la izquierda.
Y a las nueve de la noche, tras abastecernos de algunas cajas de sidra para llevar a casa, iniciamos en Astigarraga la ceremonia sidreril, idéntica en todas las sidrerías: cata de algunas cubas, degustación de las tortillas de bacalao, lomos de bacalao fritos, y chuletón a la brasa, y de postre queso con membrillo y nueces. Cuando a uno se le vacía el vaso se levanta y cata una nueva cuba (“kupela”), y así hasta que se cansa uno de beber, o el estómago de almacenar, o el dueño de servir.
A la mañana siguiente, con una hora más de sueño y menos de juerga, realizamos una ruta de senderismo por la ribera del Bidasoa, ya en tierras navarras cercanas a Vera, rodeados de un paisaje y un tiempo espléndido. Finalizada la ruta repusimos fuerzas en un restaurante de montaña, con una larga sobremesa, porque a la hora de partir, el tiempo se opuso descargando una tromba de agua, que retrasó una hora el inicio previsto del regreso.
Felipe Izquierdo, el organizador de la misma, dice que con éste son 14 años los que llevamos celebrando este evento, desde sus inicios en el año 1997, y cada año en una sidrería distinta. La convocatoria y la reserva en la sidrería se hace con unas cuantas semanas de antelación, pues los fines de semana suelen estar todas llenas. Ya está echando un ojo a la sidrería que prevé para el año que viene, pero eso habrá que contarlo en otra ocasión.