¡Buenos días!
Ante los continuos ataques y rumores que en los últimos días circulan relativos a mi persona y mi equipo de gobierno, he de decir que esta persona deforma la verdad.
Yo, Emilio Arroyo, concejal en la oposición, nunca he solicitado farolas para mi calle, primero porque ya las hay y no necesitamos más, y segundo, nunca, jamás, con dinero de subvenciones destinado a otros bienes. Lo que el pueblo y los sotillanos han votado a través de Banca Cívica es únicamente para un fin: rehabilitar la fachada de la Casa Grande.
Los intereses que hay detrás de todo esto, solo la señora alcaldesa lo sabe, porque hace y deshace como le parece, muchas veces sin contar con la oposición, o por lo menos comentarlo, como es el caso de este y otros muchos temas.
Un concepto muy diferente es el de mirar por el pueblo, intentándonos quitar muchas ventajas que los sotillanos veníamos disfrutando hasta ahora: actividades, talleres, excursiones, y su afán por apartarnos de la Mancomunidad Ruta del Vino. Y además, se permite el lujo de decidir en qué emplear el dinero de las subvenciones que hemos apoyado con nuestras aportaciones a Banca Cívica.
El comentario que le hice a esta señora, fue, que revisaran las farolas de la calle Camino Real, ya que llevábamos un mes y "pico" sin luz. Y con respecto a los baches, que cuando llegue el buen tiempo y cesen las lluvias, pasar una máquina y acondicionar un poco los caminos y calles sin asfaltar, y así facilitar el tránsito de los vecinos.
Dos versiones bastante distintas, que nada tienen que ver, y me resulta bastante vergonzoso que el nombre de Sotillo de la Ribera, esté en boca de todos, radio y prensa, por las malas actuaciones de la alcaldesa.
Desde luego, ¡mis formas de actuar y mis objetivos, son muy diferentes a los suyos!
Emilio Arroyo