S E A N A S A N T A, O T R A V E Z: N A Z A R E N
S E M A N
A S A N T A, O T R A
V E Z: N A Z A R E N sO S
SEMANA SANTA,OTRA VEZ:NAZARENOS
Las líneas de ayer trataban,
fundamentalmente, de sensibilizar a más personas para que se sumen al trabajo
que se ha hecho por revitalizar el cántico del Miserere. Es decir, que acudan a
ensayar y que lo vayan aprendiendo porque no se trata de algo imposible, sino asunto
de voluntad. Solo de eso.
Vayamos ahora al tema de hoy —a ver si me
sale— que consiste en tratar de revitalizar
(otra vez la palabra mágica) el asunto de los Nazarenos en lo referido al cántico de los romances. Doy por
sentado que para cantar los romances es menester que se vistan los niño/as de Nazarenos
(por lo que animo con todas mis fuerzas para que se cubra el cupo completo de
los trece Nazarenos), pero también digo que se pueden cantar los versos sin
tener que vestirse. (Hago un llamamiento a los niños/ñas que prestaron su voz
para la grabación —y a todos en general— para que, aunque no se vistan, ayuden
a cantar a los que sí lo hagan. Cuento con vosotros)
Si bien es cierto que Sotillo no es el
único lugar de España donde se cantan los romances de Lope de Vega en la Semana Santa, también
lo es que no todos los pueblos, ni mucho menos, tienen o conservan esta
tradición. Por lo que aumentan las razones para que nosotros la mantengamos y la
actualicemos.
Bien, supongamos que ya están los infantes
animados para formar parte de ese selecto grupo. Supongamos que ya están
advertidos de que su comportamiento en la iglesia ha ser decoroso y sin estar moneando,
ni charlando, ni enredando con el cíngulo, entre otros mil inventos y
distracciones. Supongamos que han repasado en su memoria los personajes que se
citan en la Semana Santa
y saben quien fue Jesús, el Nazareno,
Juan, Judas, Pilatos, etc. y lo que hicieron cada uno de los personajes.
Por otro lado ya han florecido las florecillas de papel que en las coronas de
alambre alguien cultivó con mimo, que ya están repuestas en sus lugares de
excepción las estrellas de plata que faltaban y que ya tienen sacado el lustre
los zapatos con los que han de calzarse. ¿Qué queda, entonces? Pues solo queda inculcar
en las frágiles mentes infantiles el rigor necesario para los cánticos de los
Romances. Pues vayamos a eso.
Para cantar los versos octosílabos, de música
muy fácil y repetitiva, solo hay que tener un mínimo de coraje y ningún
complejo. Presentan las dificultades mínimas de saber qué sílabas son de más
larga duración y en cuales hay que hacer doble nota. Si tomamos como ejemplo el
verso clásico de todos conocido: “Mira
Juan por la ventana”, sabremos esos detalles si convenimos en que si
ponemos un guion en Juan, esa
sílaba es larga, y si escribimos por
con dos oes, es decir, poor, esa es
la letra con doble nota. Así es que, según eso, escribiríamos: “Mira Juan poor la ventana”. Pero
si separamos las sílabas para facilitar la vocalización y escribimos or en subíndice
para indicar la bajada de sonido, nos quedamos con:
“Mi ra Juan
po or la ven tana”,
Esto, que es tan elemental, los niños no
lo saben, y quizá sea esta una de las razones por las que se muestren reacios a
cantarlo. Además, este verso es fácil, pero otros no lo son tanto.
Pues bien, yo me comprometo a escribir de
este modo didáctico unos cuantos versos de los romances y enviarlos por correo a
casa de los padres que quieran que sus niños lo vayan aprendiendo. Además les
enviaría audios de WhatsApp con la música excacta. Con estas facilidades podemos
albergar la fundada esperanza de que lo cantarán con éxito.
O sea, que propongo el siguiente programa:
-
envío de información, en papel y en audio, a los que lo deseen, para que lo
vayan aprendiendo en casa. (También se lo pueden pedir a Ana Mari)
- el
Jueves Santo por la mañana se reúnen con Ana Mari y conmigo y lo ensayamos,
- el
Jueves y Viernes Santo, a la puerta de la iglesia, antes de la procesión,
cantan conmigo unos cuantos versos ante un público expectante. Estoy seguro que
lo harán muy bien y que nos darán la grata sorpresa de la que hablábamos ayer. Serán
los primeros protagonistas de las procesiones.
En el transcurso de las procesiones cantarán
con Ana Mari otra selección de versos en otros dos sitios.
Esta podría ser, creo yo, una forma de
poner en limpio este asunto del que todos opinamos que es mejorable. Y con el
mismo convencimiento con el que afronté la revitalización del Miserere estoy
seguro que en los cánticos de los Nazarenos también se puede conseguir.
Siempre, claro es, que LOS NIÑOS
APUESTEN POR ELLO Y SE LO CREAN. Si los antiguos, sin ninguna tecnología ni
medios, lo cantaban, ¿van a ser los niños de hoy menos hábiles que ellos para
cantar los romances? Yo creo que no.
Alguien
sueña que mañana es primavera otra vez: SEMANA SANTA, OTRA VEZ: NAZARENOS.
SANTIAGO IZQUIERDO
646 77 50 13 izquierdosan@gmail.comO S