miércoles, 9 de noviembre de 2016

EXTRAFINAS EN BRUSELAS



EXTRAFINAS EN BRUSELAS
¡Cómo nos gustan los encuentros extrafinos! Y este último, en Bruselas en el puente de los Santos, ha sido especial.
Porque, al contrario de lo que algunos dicen, Bruselas tiene muchísimo que ver, descubrir y degustar. Allí todos los caminos no llevan a Roma, sino a la Grand Place, una plaza preciosísima que no sólo hay que ver de pie, sino también en horizontal, para cambiar la perspectiva. Y desde allí, hay que ir a ver restos de muralla escondidos en baños de bares, el barrio de Saint-Gilles donde han nacido algunas sotillanas ilustres, Molenbeek y los petits os de Marc Dutroux, el Atomium, el Palacio Real, escuchar las campanadas de las seis en el Reloj de los Ciudadanos en honor a Rafa, dar un paseo en barca por los canales de Brujas (donde estamos en nuestra salsa) y pasarse a saludar a la Jeanneke Pis y el Manneken Pis.  Cierto es que el Manneken Pis es pequeñito, pero es que si fuera del tamaño del David de Miguel Ángel, probablemente no podría tener 600 trajes guardados en el Museo de la Ciudad de Bruselas (uno de ellos es de “Los de mi Peña”).
Merece mucho la pena, además, tomarse una cerveza “du ble” o de lo que le parezca bien al camarero en el bar de enfrente. Y es que allí, salir de bares y cafés es toda una cultura. Todos preciosos, todos especiales y todos con camareros con un sentido del humor peculiar.  Decir que las cervezas, mejillones y patatas fritas están deliciosos se queda corto si hablamos también del americain préparé, la mitraillette,  la mahonesa, el queso con sal de apio, el pescado del Nordzee, la pitta de Rue des Pittas y los brindis “dans les yeux” con half-and-half.

También ha sido especial porque el cambio al horario de invierno nos ha regalado una hora más en Bruselas.
Porque nos han acompañado Anabel y Estanis, que son dos personas fenomenales (y no sólo por los albornoces y pantuflas), otros belgas encantadores de nombre impronunciable, e incluso Jean-Claude Van Damme.
Porque hemos tenido unos guías turísticos de excepción, nacidos y criados en la misma capital de Europa, que nos han enseñado de lo bueno lo mejor. Muchas gracias a Ignacio, a Bea, y a nuestra Sofi.
Porque hemos sido poquitas y hemos echado de menos a todas las extrafinas que no han podido venir. Esperamos, en el próximo encuentro, hacer pleno al 13.
Han sido cuatro días maravillosos, a lo loco, a la folie, en los que no hemos podido estar más a gusto, ni más fenomenal, ni más libélula.
A.G.C. PEÑA MONTECARLO






3 comentarios:

  1. Para mi tambien fue muy especial.Me alegro q os gustaria tanto.Lo mas bonito de todo.es que lo hayais visto con los mismos ojos q yo.Bruselas es mucho mas que la Grand Place.A preparar la proxima libelulas!!!!Os quiero!!!!

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