El pasado sábado 28 de octubre, y organizada por la A.C. El Galán Horrense en colaboración con
la Diputación de Burgos, se realizó la ruta "Sendero de Valdeporres" en Pedrosa de Valdeporres.
Esta población se ubica en la zona de Las Merindades, al norte de Burgos, concretamente en la
Merindad de Valdeporres. Y ¿qué es una Merindad? se preguntarán muchos. La Wikipedia nos
explica que "las merindades eran unas divisiones geográfico-administrativas que se dieron a
finales del siglo XII en los reinos de Castilla y Navarra. El merino era el representante del rey en
dicha merindad, con poderes administrativos y judiciales sobre el territorio encomendado".
Esta vez la respuesta a la convocatoria fue masiva, y antes de acabar el plazo ya se había
completado el autobús, aunque debido a algunas bajas de última hora, al final sobraron algunas
plazas. Mientras nos acomodamos y vimos las plazas, salimos a las 8'45 de Sotillo, y en el
preceptivo café mañanero, esta vez en Sotopalacios, también nos demoramos otro rato. Si a esto
añadimos que el autobús tarda más de dos horas en este recorrido, quiere decir que al final
llegamos con una hora de retraso al punto de encuentro con Pablo, nuestro guía habitual.
El paisaje que nos rodeaba, fue cambiando a partir del Páramo de Masa, que con una altitud
superior a los 1.000 metros, parece una pequeña llanura cubierta de plantas aromáticas: brezo,
tomillo... Y ya en los últimos kilómetros de autobús, cuando descendíamos el Puerto de Carrales,
fueron apareciendo las hayas y los robles, con sus tonos ocres otoñales. Vimos que la sequía
también había hecho mella en esta zona, con el pantano de Arija bastante mermado, y la
vegetación de otras veces bastante amarilla y seca.
Iniciamos la ruta en Pedrosa de Valdeporres, ascendiendo a una de las montañas que la rodean. Y
en algunas zonas vimos caballos salvajes sueltos, de raza hispano-bretona, que pastaban
libremente en los claros de la montaña la poca hierba que aún queda. Daba pena ver los helechos
tan resecos, aquellos helechos que de niños nos sorprendían por su verdor y sus formas,
mezclados con el hielo para mantener el pescado fresco en los cajones de madera de las tiendas
de Sotillo.
Tras el almuerzo continuamos nuestro paseo. Esta vez el retraso forzó a recortar la ruta prevista,
que tenía forma de 8, y de la que solo pudimos hacer uno de sus círculos. Y contemplando desde
punto inicial, donde nos esperaba el autobús de la empresa Clemente, que tan profesionalmente
nos atendió.
Comimos un buen menú en Quintanilla de Valdeporres, con sobremesa animada por las charlas y
comentarios de la jornada. Por la tarde visitamos el exterior de las Cuevas de Ojo Guareña y la
ermita de San Bernabé, ya que en esta época su interior solo se puede visitar por las mañanas.
Aun así la visita mereció la pena, por el bonito cuadro que forma la ermita rupestre y el acceso a
las cuevas, enmarcado en su parte superior por la montaña kárstica, y a sus pies el valle.
Regresamos con la idea de que la ruta recorrida nos había sabido a poco, y que en próximas
ediciones se intentarán mejorar los horarios e inscripciones.
A continuación os ponemos un enlace para ver más fotos que nos envía Pablo, el guía de la ruta.
https://www.dropbox.com/sh/zrlvaai0wn5irqf/AACypWIwsMOKK1tbP1feTwTYa?dl=0
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