La lluvia nos acompañó durante varios días, y el Jueves Santo parecía que no habría procesión, pero al final sí que la hubo.
Los soldados romanos celebraron el Viernes Santo, como es tradicional desde hace muchos años, una comida de hermandad en la Peña La Narda.
Durante la procesión del Encuentro, cuando iba por la calle Alta se rompió un brazo de las andas, y tuvieron que continuar llevando la imagen al hombro como pudieron.