domingo, 31 de agosto de 2014
sábado, 30 de agosto de 2014
La Peña Ateneo celebró su fiesta
El sábado 9 de agosto, los componentes de la Peña
Ateneo celebramos nuestra fiesta anual.
Comenzamos la jornada de madrugada, acudiendo
como todos los años a los tradicionales encierros de Peñafiel, degustando
después unas raciones en el ambiente festivo de esa villa para reponer fuerzas.
A mitad mañana tuvimos una cata
de cavas en el merendero de la bodega,
guiados de la mano de nuestro compañero y “experto” Manolo, que reside en
Barcelona, y algo más que nosotros sabe.
Al mediodía nos entendimos frente
a unos cuartos de asado, de los que dimos buena cuenta a la vez que refrescábamos la garganta con
vino de Ribera.
vino de Ribera.
Para ayudar a digerir la comida y
quemar calorías, por la tarde algunos jugaron a la tuta, a la rana… Y un poco más
tarde seguimos con una marcha de senderismo hasta Gumiel de Mercado, donde tras apagar la
sed en algunos bares, regresamos a la bodega para deagustar la merluza en salsa
que habían preparado para cenar.
Y entre bromas, risas y cantos,
el reloj de la torre dio las doce campanadas: el sábado había acabado.
FOTOS: PEÑA ATENEO.
FOTOS: PEÑA ATENEO.
viernes, 29 de agosto de 2014
miércoles, 27 de agosto de 2014
La conferencia sobre el Miserere sotillano
Como habéis podido seguir en las
noticias de El Sotiblog, el pasado 2 de agosto Santiago Izquierdo nos deleitó con
su conferencia sobre “El Misere sotillano”.
Nos habló de los inicios del
gregoriano, de los problemas que había en la antigüedad para fijar la música
por
más tarde discurrieron el tetragrama (anterior al pentagrama) como
método de transmisión de esos conocimientos, que permitía a un experto conocer
una canción aunque nunca la hubiera escuchado.
Su hermano Pascual haciendo la presentación. |
Con detalle nos expuso que el “Liber usualis”,
de casi dos mil páginas, escrito en el s. XIX, recoge la historia, interpretación,
y recopilación del canto gregoriano conocido hasta entonces; que era como el “vademécum”
para los médicos, y que facilitó mucho la expansión del canto gregoriano.
Nos aclaró que los salmos son composiciones
poéticas de alabanza al Creador, que se cantan en Y
el Miserere es el Salmo 50 de La Biblia, en el que el rey David reconoce sus
pecados y pide perdón a Dios.
celebraciones de la religión
judía y cristiana; y que una parte del Antiguo Testamento, es el Salterio,
compuesto por ciento cincuenta salmos.
Ya centrados en el canto del Miserere,
nos habló de los pocos pueblos de la comarca que aún lo cantan (Fuentemolinos, Cuéllar…),
muy similares pero ninguno idéntico al sotillano. Este se caracteriza por los “melismas”
o alargamiento de las sílabas finales de algunos versos, que es típico solo en
el miserere sotillano, y que todos los años resuena en las calles y oídos
atentos durante la Semana Santa. Que no es una deformación o interpretación
local, sino algo fijado a propósito.
Todo lo expuso de forma clara y amena,
implicando al público como él sabe hacer, y de algo que a priori parecía árido y poco interesante, hizo pasar al público un
rato agradable e instructivo.
Finalizada la conferencia, el
Presidente de la A. C. El Soto le hizo entrega de una cesta de productos
sotillanos como agradecimiento a su labor en pro de las tradiciones de Sotillo.
martes, 26 de agosto de 2014
Visita a la carnicería
![]() |
Feli ROJO y Magdalena ARROYO, visitando la carnicería de su hija Pura ARROYO y Exuperio. Años '70. |
FOTO APORTADA POR: Blanka ABAD AGUAYO.
lunes, 25 de agosto de 2014
domingo, 24 de agosto de 2014
Exposición sobre las bodas antiguas
La Asociación de Mujeres La Encina ofreció
a sotillanos y visitantes una exposición de fotos de bodas antiguas que estuvo
abierta en la Casa del Cura de Sotillo de la Ribera del 9 al 17 de agosto.
En primer lugar, queremos agradecer a todos los que han querido colaborar con esta muestra, por su
generosidad a la hora de
entregarnos con toda confianza fotografías de sus antepasados, de gran valor
sentimental e incluso histórico. Igualmente valiosas fueron las aportaciones
de vestidos de boda de los primeros años del siglo XX y de otros complementos.
En primer lugar, queremos agradecer a todos los que han querido colaborar con esta muestra, por su
Pedro y Cristina. "Los confiteros". |
Gracias a todos vosotros se consiguieron
superar las sencillas expectativas que la asociación se había creado, pues fue
para nosotras también una gran sorpresa el interés de las imágenes y los
vestidos aportados.
Porque la exposición, al final, fue un
interesante recorrido histórico en el que quedaban patentes diferentes
modas, estilos, e incluso momentos económicos.
Fue curioso comprobar cómo las imágenes de
bodas de los años 20-30 nos hablaban por lo general de un buen periodo
económico, por la elegancia de los trajes de boda, tanto de los varones como,
sobre todo, de las mujeres; el estilo fiel a la moda de esos años, los
peinados, los tocados....
Comprobamos que el color negro fue habitual
en los vestidos de novia femeninos hasta casi los años 60. Y que en
las décadas posteriores a la guerra civil predominaban los trajes chaqueta,
aunque eso sí, alegrados con tocados en el pelo, bonitos ramos y el tradicional
azahar, presente en broches o adornos. Y vimos cuándo empezó la explosión
de los largos vestidos blancos con velo.
También conocimos que muchas de las novias
se hacían los preciosos y elaborados trajes ellas mismas, lo cual ahora nos
parece todo un mérito, teniendo en cuenta los encajes, pliegues y calidad de
las telas con las que trabajaron, y también el acierto que tenían en seguir
fielmente los patrones de la moda del momento.
Conociendo la dura vida de trabajo que se
llevaba entonces en el medio rural, es realmente asombroso ver cómo las
parejas lograban aparecer bellas, elegantes y a la última en el día de su boda.
Hemos visto igualmente que algunas de las
fotos eran retocadas posteriormente, no sabemos si porque era una costumbre, o
porque pretendían mejorarlas.
La exposición ha sido asimismo un motivo
para buscar parentescos, antepasados, relaciones familiares, comentar
parecidos....
De hecho, la muestra fue creciendo durante
toda la semana que estuvo expuesta, pues algunos visitantes de la misma se
ofrecían para entregar más trajes o fotografías, lo cual agradecimos mucho,
pues contribuyó a complementarla mucho más.
Creemos que la elección del tema de la
exposición, Bodas en Sotillo, no era un argumento banal, con un fondo
exclusivamente de cotilleo, como hubiera podido parecer al principio.
Al final ha resultado una muestra que, de
haber sabido la cantidad y valor del material aportado, se hubiera podido
profundizar mucho más. Había contenidos como para hacer un estudio
social.
Suponemos que los que la han visitado han
disfrutado mucho, porque algunos repitieron varias veces y otros nos pidieron
alargarla (al principio estaba prevista del 9 al 15).
Y para los que no han podido estar aquí, os
enviamos este reportaje fotográfico.
TEXTO Y FOTOS: Aurora Lázaro
Muñoz.
Complementos de boda antiguos y actuales. |
Vestido de alrededor de 1900. |
Vestido años 20. |
Vestido de finales de los años 20. |
sábado, 23 de agosto de 2014
viernes, 22 de agosto de 2014
Ruta de motos clásicas por La Ribera
Nos comunican que mañana, sábado día 23 de
agosto, sobre las 12:05h aproximadamente, pasará por Sotillo una
concentración de motos clásicas.
El sentido de la marcha será de La Horra a
Sotillo y hacia Gumiel del Mercado.
El evento está organizado por el ClubMotoabuelas de la Ribera.
jueves, 21 de agosto de 2014
La conferencia sobre El Miserere
Tenía que acudir a la
famosa conferencia que iban a dar sobre el Miserere, aunque los rigores del
estío no parecieran el escenario más apropiado. Quería saber qué cosas nuevas
podría aprender de un asunto que viví desde niña y que aún hoy me sigue
apasionando. Tú eras muy pequeño, querido hermano, en aquellos difíciles años
del cometa, y apenas recuerdas a padre, pero yo tengo claramente presente en la
memoria cómo vivía él este acto, y con qué intensidad y entusiasmo lo
preparaba. Lo veo ahora mismo enjuto y menudo viniendo del campo envuelto en su
raída manta una cruda tarde de marzo para ir a cantar el Miserere.
Así que fui a la iglesia
un tiempo antes de la hora anunciada. Aunque no estaba muy segura de saber
llegar (pues hace ya tiempo que, por una u otra razón, o por ninguna, se me
borró del corazón el camino que hasta aquí conduce) atiné, y un cartel de
tres metros de largo colgado
estratégicamente (escrito en letras antiguas y en notación cuadrada, ¡qué
pasada, oye!) me daba la bienvenida con unas palabras para mí de sobra
conocidas: Miserére mei Deus.
Me senté, medio
escondida, al lado de una de las columnas, y mientras el eficaz técnico
informático preparaba pantallas, conectaba cables y ajustaba sonidos, yo
escudriñaba con atención todos los rincones y comprobaba sin asombro que todo
estaba como la última vez que estuve aquí, y entonces un caudal de vivencias de
cuando niña se me venían a la cabeza: los cultos interminables que no entendía,
el estar en silencio, la primera comunión, el olor a incienso, y muchos más.
Miraba el trazado de las bóvedas y los artísticos altares y veía el universo de
santos que los poblaban y no era capaz de recordar quién era quién, ni qué
significaban los símbolos que portaban, pero no me sentía incómoda ni extraña
en aquel espacio que fue mío. Mientras tanto, proseguían sin desmayo los
preparativos para la conferencia.
Minutos antes de las
ocho la gente comenzó a entrar. Además del supercartel, un miserere cantado en
perfecto gregoriano sonaba por la megafonía del templo creando un clima cálido
y acogedor, mientras que en la pantalla se sucedían imágenes y textos que
expresaban machaconamente una idea simple: el canto del Miserere en Sotillo. Un
bien editado y no mal escrito díptico, distribuido en los bancos a disposición
de los asistentes, explicaba el sentido del acto.
Cuando el público acabó
de acomodarse comenzó la charla. Máxima expectación: dos presentadores de solvencia
abrieron el acto, y el “conferenciante” rompió a hablar. Cuando paró, había
pasado, como si un segundo hubiera sido, una hora y cuarto.
De las primeras cosas
que hizo fue acordarse de los antiguos cantores del miserere - reconociendo la
valiosa herencia que nos han dejado- hasta llegar al último de los que aún lo
cantan. Pronunció su nombre con respeto y emoción: Virgilio, dijo. Y solicitó
para él un aplauso que sirviera de homenaje a todos aquellos que, en el pasado,
fueron cantores. Cerrada y prolongada ovación brotó de los presentes, y a mí se
me hizo un nudo en la garganta porque yo veía a padre presente cantado como
nadie el inmortal canto.
Poniendo por delante la
idea de que el miserere no es el centro de la liturgia ni la vida cristiana, si
no que es la Pascua el eje central de la doctrina y del culto, se metió en
harina el narrador y desde el primer momento vimos que iba directo a lo que él
pretendía. (Conviene que te aclare que yo conocía al conferenciante desde los
años de la escuela, en los que compartimos sonrisas inocentes y sueños de
papel). Se le veía en posesión de conceptos, datos y fechas, y así fue
exponiendo argumentos, aventurando hipótesis y explicando que el miserere es el
salmo 50 de la Biblia; qué son los salmos y su contenido; el significado del
miserere: el reconocimiento personal de culpa y la petición de perdón a Dios,
su datación y el modo de cantarlo de los primeros cristianos; el nacimiento del
canto gregoriano y su implantación en el occidente cristiano; el lugar del
miserere en el canto gregoriano; el espacio del miserere en la liturgia de la
iglesia; cuántos cantos en gregoriano se conservan aún en Sotillo (al llegar a
este punto enhebró una serie de reivindicaciones lamentándose de algunas de las
cosas que ya faltan en el pueblo); el miserere en Sotillo; comparativa de cómo
se canta en otros pueblos y, por último, propuestas para la mejora y
continuidad del cántico. Todo esto combinado con una ágil y didáctica
presentación de power-point hizo que la charla fuera sumamente amena.
(Especialmente interesante fue la proyección visual y sonora del famosísimo Miserere
de Allegri que nos transportó a otro mundo).
El punto central
de la charla era, como bien sabes, el canto del Miserere en Sotillo, y el ponente
imaginaba como debió de ser la forma de cantarlo en la primitiva iglesia -que
ya existía en el año 1429-, y cómo sería en la nueva desde aprox. por el año de
1650. Se recreó teorizando como lo cantarían desde el coro (con once piezas de
compacta sillería de nogal y esbelto facistol) en los tiempos del esplendor
litúrgico de la iglesia. Se echo mano a la memoria de los presentes para
recordar como se cantaba desde, aprox. el año 1934. Recordamos que lo cantaban
chicas y hombres en el coro; recordamos que se cantaba los viernes de cuaresma
delante de los altares del Cristo del Miserere y de la Soledad; recordamos cómo
se cantaba en las Tinieblas y en las Carreras del Jueves y del
Viernes Santo. Y recordamos, sobre todo, la forma de cantarlo de los antiguos y
la honda impresión que nos producía oírlos.
Y llegados al punto de
cómo se canta en la actualidad, el ponente explicaba qué es la melodía que hoy
cantamos; cómo se han podido producir alteraciones de un primitivo original
gregoriano a través de los tiempos, y se preguntaba si quizá hubo un propósito
deliberado de componer una melodía propia haciendo que coexistan, a la vez, dos
formas de cantarlo.
Comparó, cantándolo, la
forma de cantarlo en Sotillo con la forma de la salmodia tradicional, y con
alguna de las formas locales de otros pueblos que aún lo conservan, y señaló
que, aunque varias de las partes del nuestro son muy similares a ellas, hay dos
que parecen ser exclusivas de Sotillo, habiendo quien sostiene que acaso una de
ellas pudiera ser un resto visigótico. Defendió con energía la riqueza y
belleza de la forma que hemos heredado que sólo puede expresarse en su
totalidad cantándolo bien. Y para eso, y para que no se pierda, hizo dos
propuestas concretas: preparación de una Hoja de Ensayo estudiando por
separado los versículos pares de los impares, y, para la próxima Semana Santa
la edición de un librillo bastante aparente.
Nos despidió
recordándonos que por mucho o nada brillante que hubiera resultado la charla,
de nada serviría si no se consigue el objetivo final que no es otro que captar
nuevos cantores que aseguren la continuidad del canto.
Me pareció que el
numeroso auditorio quedó satisfecho del acto celebrado a juzgar por los
calurosos y prolongados aplausos con que obsequió al ponente, y mientras, poco
a poco, abandonaban el templo yo me preguntaba que si después de este gran
despliegue de medios no se consigue que aparezcan nuevas voces, no sé que más
se puede hacer.
Aunque se me hacía ya
tarde charlé unos minutos con el conferenciante, y pude comprobar que tenía
respuestas apropiadas para todas mis preguntas gracias al amplio trabajo de
documentación que había desarrollado, y que las cosas que dijo en la charla no
fueron más que el pico de un gran iceberg. No valoraré la calidad técnica de la
conferencia, pero sí ponderaré la pasión y la vehemencia, la agilidad de ideas
y la capacidad de improvisación del presentador. Todas mis expectativas se
habían visto satisfechas. También pude constatar que no sólo se ocupó de lo tocante
a su exposición, si no que trabajó físicamente en toda suerte de preparativos e
infraestructuras varias.
Eso, todo lo anterior,
sucedió el viernes. El domingo, acompañando a madre, fui a misa en la que hubo
despliegue musical de nuestra joya casi olvidada: el órgano. Te puedes imaginar
mi sorpresa cuando al final de la misa veo que aparece en el altar el organista
para matizar, dijo, o pedir excusas por dos errores que cometió en la
conferencia del viernes, siendo uno de ellos el no haber citado por sus nombres
a los antiguos cantores del miserere. Me quise morir cuando pronunció con
absoluta claridad uno por uno a todos los que había podido rescatar, hasta que
citó, sonoro y perfecto, el nombre de padre. No te lo puedo explicar aunque lo
intente, pero estoy segura que tú lo entiendes perfectamente porque estás muy
cerca de él.
Me apetecía enormemente
compartir contigo estas reflexiones. Aunque fijo que me he hecho un poco larga,
no pasa nada. Tú ya me entiendes.
Un beso así de grande de
tu hermana.
CLARA LUZ
miércoles, 20 de agosto de 2014
martes, 19 de agosto de 2014
Echando un trago en los lagares
![]() |
Vicente AGUAYO y dos personas más, echando un trago a porrón a la puerta de los lagares. Años '60. |
FOTO APORTADA POR: Blanka ABAD AGUAYO.
lunes, 18 de agosto de 2014
domingo, 17 de agosto de 2014
viernes, 15 de agosto de 2014
Van madurando las uvas
Fotos realizadas por Pedro ESGUEVA ESPINOSA, el 1 de agosto de 2014:
Foto realizada por Josué GARCÍA ARROYO el 9 de agosto de 2014:
jueves, 14 de agosto de 2014
miércoles, 13 de agosto de 2014
Así transcurrió la XIVª Ruta de las ermitas
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