Gran
parte de su vida residió en Barcelona, trabajando en el mundo de la hostelería.
También era un gran aficionado al mundo de los vinos, y hace unos años construyó
una bodega en Sotillo “Viñedos del Soto”, que luego traspasó a otros
propietarios.
Con
frecuencia venía a Sotillo, a visitar a su padre y familiares, y a los amigos
de la Peña El Tute.
El
funeral tuvo lugar ayer miércoles en una iglesia de su barrio, trasladándose
a continuación sus restos a un cementerio barcelonés donde fueron incinerados.
Desde
aquí enviamos un saludo cariñoso a todos sus familiares y amigos.