Estos días fríos y a menudo envueltos en niebla, cuando al final logra imponerse el sol, es habitual ver en los álamos del parque de la fuente, al atardecer, a un grupo de negros pájaros, parecen tordos, aprovechando el calor de los últimos rayos.
Pían entre ellos con algarabía hasta que te acercas; entonces paran, aguantan en silencio unos segundos pero, tras comprobar que no supones ningún peligro inminente, retoman su conversación.
Me recuerdan enormemente a los de la película de Alfred Hitchcock "Los pájaros".
Foto: Aurora Lázaro.