PRESENTACIÓN DISCO-LIBRO
MISERERE
Fue el pasado sábado —el Sábado Santo—, allí en la iglesia de Sotillo,
donde se gestaron los primeros pasos, donde Santiago (en un acto cuidado con
intervenciones emocionadas, y ante un numeroso grupo de personas de Sotillo y
de fuera de él) nos presentaba, año y medio después, el disco-libro con el Miserere sotillano. Ha sido un periodo de muchas
horas de trabajo, de mucha gente implicada, muchas pruebas, llamadas telefónicas, ensayos,
sobre todo para los componentes del Coro del Miserere y, especialmente, para
Santiago.
El disco-libro no solo refleja —de una forma muy bien elaborada y
completa—el canto del Miserere y todo lo relacionado con él, sino también los
Romances de la Pasión que cantan los Nazarenos, las canciones religiosas populares
de Semana Santa que el Coro Parroquial alterna con el Miserere en las
procesiones, las festivas Aleluyas de Pascua y, además, fotos, textos y costumbres
relatando y recreando la Semana Santa de Sotillo.
Todos conocemos muy bien la parte visual de nuestra Semana Santa: sus
pasos, sus cofrades, sus hogueras, sus ritos. Pero hay otra parte que pasa más
inadvertida para mucha gente: la parte sonora, la información que nos aporta el
sentido del oído y que nos llega más dentro: el canto de los Nazarenos, los
cantos de las mujeres y, de forma especial, el canto del Miserere.
Y aún hay otro sentido que nos aporta la parte más esencial de la Semana
Santa: el sentido interior, la emoción que cada uno siente, en mayor o menor
grado, dependiendo de su emotividad, sentido de trascendencia, espiritualidad o
religiosidad. Y esta es la parte que llega al interior, la que emociona, la que
trasciende, la que determina ciertos actos de nuestra vida, la que hace que
algunos vibremos al oír cantar en latín los versículos del Miserere.
Al final de su exposición, Santiago dejó una pregunta en el aire: “¿Y
ahora qué?” Y él mismo se respondía: “El tiempo dirá si todo el fenómeno del
Miserere fue un flash momentáneo o, por el contrario, un fenómeno duradero.” Y
concluyó: ”Ahora que parece asegurado el cántico en las procesiones, el reto
está en restaurar la antigua tradición de cantarlo los viernes de Cuaresma. Los
que viven en el pueblo tienen la palabra. Y la voz”
Gracias Santiago por revitalizar la parte sonora de nuestra Semana Santa
que estaba cansada y afónica, y que ahora supone un aporte de energía extra
para seguir recorriendo durante mucho tiempo nuestras calles.
Sotillo de la Ribera, a 29 de marzo de 2016
Efrén ARROYO ESGUEVA